lunes, diciembre 27, 2004

Navidad

He pasado las Navidades en Marbella. Aún estoy aquí. Me vine el día 23, por la mañana, y volveré el 28 al dar las doce de la noche.
Peluquería, compras, familia y tele. Relajación en estos días, excepto en el 24 y 25. La cena del 24 se hizo en casa. Mi madre estuvo varios días comprando y cocinando para tal evento. Fuimos 11 a la mesa, y hubo de todo: marisco, cerdo, ternera, calamares, pollo... Casi todo el mundo lo probó todo y quedaron satisfechos. Incluída yo. Aunque ella lo niegue, mi madre es una buena cocinera. Qué pena que le guste tan poco el cocinar.
También vino la familia en la comida del 25, a comer lo mismo que la noche anterior. Entre estos dos días, creo que he tomado más alcohol que en toda mi vida. Nunca he sido de beber, pero entre el champán y los pelotazos (y algún chupito de vino dulce), he batido algunos récords. Lo increíble es que no tuviera resaca. No soy nada tolerante con el alcohol, ni pretendo serlo. Como no salgo mucho, no bebo, ni tampoco lo echo de menos. En fin...
La razón por la que estas Navidades estoy viendo mucho la tele es por la alergia. Nada más llegar a Marbella (concretamente a mi casa), empecé a estornudar, y después de 4 días estoy mocosa, con fiebre casi seguro y con dolor en el pecho. No he salido casi nada, aunque he descubierto que me encuentro algo mejor fuera de casa. ¿Alergia al polvo, a los ácaros? Espero que esta vez mi médico quiera hacerme las dichosas pruebas. Si no, me va a dar algo.
Ayer fuimos al Alcampo de la Cañada y era increíble la de gente que había. Jamás había visto ese establecimiento tan abarrotado. No había sitio ninguno para aparcar, y tuvimos que pactar con unos que salían para que nos dejaran su sitio. Si lo llego a saber, propongo otro día para las compras. Después de todo, hicimos las adquisiciones oportunas (¡calcetines horteras nuevos!) y nos volvimos. Mi hermano volvió a Granada, porque solo podía pasar un día aquí.
Y ahora me daré una ducha y veré a Buffy por el digital. Y mañana, desgraciadamente, a hacer las maletas. El miércoles toca clases y estudiar todo lo que no he podido estudiar en Navidades. Y, claro, recibir los regalos de Yuu y sus padres.


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