Noches andaluzas
¿Os extraña de ver tantos posts hoy eh? No os preocupéis. Es que hoy he tenido una noche lúcida.
Así llamo yo a aquellas noches en las que no puedes dormir y al final acabas abandonando la idea y haciendo otras cosas. Escribir, por ejemplo. Y a mí me ha dado por escribir posts. Estas noches, en mi caso, ocurren en pocas ocasiones (soy adicta al sueño y a la cama). Pero cuando pasan, escribo, y la mayoría de las veces son cosas profundas, casi sin sentido, inconexas... Hilos de pensamiento. Pero a la vez más lúcidos que todos los pensamientos de un mes juntos. Hacía mucho que no tenía una noche así y, además, curiosamente sólo me pasa cuando estoy de exilio en Marbella (con Yuu no me pasa, será que no duermo bien sin él ;) ) ¿Por qué? ¿Por qué la noche nos hace reflexionar? ¿Necesitamos de un ambiente intimista para conectar con nuestros sentimientos y pensamientos más profundos? Eso creo... Aunque siempre depende de la persona y de lo que esté acostumbrado. Ahora entiendo a mucha gente que vela por las noches. Aventuraría a decir que esos afortunados disfrutan de la noche porque se encuentran a sí mismos. ¿Yo podría...? Parece algo tan complicado... ¿por qué me cuesta tanto comprender y observar algo que está dentro de mí, por qué ese lugar tan tangible, tan cercano, es lejano a la vez, y doblemente inalcanzable? Parece como si conceptos que para otros son simples a mi me costara horrores asimilar.
Aún así, me gusta la noche. Calma. Silencio. Paz. Incluso puedes oír a la naturaleza a tu alrededor. Ojalá el mundo pudiera seguir así siempre.
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